Por qué las mujeres tienden a ponerse en la cola de su propia vida…

y qué tiene esto que ver con vivir la f*cking Life que prefieres.

¿Sabes cuál es la mayor causa de sufrimiento de las mujeres?


No reconocer su propia grandeza y vivir asfixiadas con sus preferencias.

Sé que vivir a través de esto genera mucho dolor y sufrimiento, así que cuanto antes lo suelte, sin rodeos, antes te puedo invitar al Olimpo de las f*cking Diosas, un espacio gratuito que, según yo, es maravilloso.

Pero antes de hacerlo quiero contarte que….

…I have a dream


Mira, me ha pasado un poco lo que a Martin Luther King en su momento, sueño cosas.

Más de una vez me he visualizado en uno de estos 2 escenarios.

  1. Filosofando en el ágora de la antigua Atenas (olvídate por un segundo de que soy mujer).
  2. Teniendo un terreno grande en el que invitar a personas como tú para sentir, cuestionar y reflexionar.

¡Alerta de spoiler!

Ni vivo en la antigua Atenas ni tengo un terreno físico al que invitarte, pero he sentido desde hace años la necesidad de servir desde la parte de conexión.

Si bien es cierto que he creado un montón de material gratuito y formaciones que han ayudado mucho -así me lo han hecho saber-, siempre me ha faltado algo. Quizá tú también te reconozcas, en el ámbito de tu vida que sea, como la eterna buscadora. 

Por eso frené todo lo anterior, me dediqué a las sesiones de terapia y a crear el curso El club de las f*cking Diosas que luego dio paso al pro-gra-món del método f*cking Diosas. 

Entonces, ocurrió. Sentí la llamada. La del zafú (cojín de meditación), digo.

Y decidí ponerme en serio, oootra vez, a conquistar este espacio interno con 2 sesiones de “meditación” al día. En estas sesiones, sentada con mis sensaciones corporales, emociones y mi ruido interno, nació la idea de crear el Olimpo de las f*cking Diosas.

Porque si hay algo que compruebo día tras día es que, en esta caótica vida, lo más habitual es que te olvides de ti misma. Y esto, que puede parecer que es lo peor, no lo es.

Lo peor es no reconocer la grandeza que tienes dentro, la f*cking Diosa que ya eres. Eso es lo más importante de todo.

Más que centrarte en subir tu autoestima, que también es importante.
Más que aprender a decir “no” cuando quieres decir “no”, que es fundamental.
Más que centrarte exclusivamente en la dependencia emocional y los apegos, que también tiene bastante relevancia en cómo vas a vivir.

Lo más importante de todo es sentir la f*cking Diosa que llevas dentro.

Porque, cuando no la sientes, tu vida se llena de validación y aprobación externa, o de miedo al rechazo, o al abandono. De dar vueltas a lo mismo, de sentirte imperfecta e insuficiente. Poco capaz. Y de relaciones y vínculos desastres, donde el sufrimiento es el primer plato.

Vaya, de vivir sobre todo hacia fuera.

Sentir la f*cking Diosa que llevas dentro te da seguridad y confianza. Una que puedes utilizar en cualquier tipo de situaciones, incluso en una situación que te ponga contra las cuerdas.

Para unirte a este Olimpo de f*cking Diosas  que entrenan mental+emocionalmente solo tienes que bajar un pelín más.

¿De qué te va a servir el Olimpo?


Venimos de esto y convivimos con ello:

Esto quiere decir que, por mucho que te quieran plantar la capa de Wonder Woman, el “tú sola puedes con todo” y que no necesitas a nadie… No, cariño, somos seres gregarios y apegados.

En la etapa actual vamos cuesta abajo y sin frenos. Más aisladas que nunca, más ansiosas y deprimidas que siempre.

Sencillamente, se ha desmoronado. Nos encontramos y sentimos solas con mucha más frecuencia.

En lo profundo, sentimos la necesidad de sentir, valga la redundancia, que pertenecemos a algo más grande, por eso echamos de menos nuestro hogar aunque vivamos en él.

 Ya sabes, los demás juzgan tu compañía como más difícil o retadora, así que sientes que solo te queda una cosa: recluirte del mundo poco a poco.

Todo esto tiene un gran impacto en cómo nos vemos y sentimos a nosotras mismas, lo que llamamos autoestima, y en cómo nos tratamos y hablamos, lo que llamamos compasión

Cuando visualicé el Olimpo, no apareció un espacio con temáticas estructuradas en un calendario, ni formato masterclass… ni nada teórico, a decir verdad. Lo visualicé como uno de los espacios más valiosos que se pueden construir: 

el de la escucha y la conexión.


Respiraremos, sentiremos el cuerpo, compartiremos, filosofaremos… o no, no siempre. Esto ya es: un espacio en directo, de conexión e intercambio real, para que todo lo que te he contado sea un poco menos intenso o esté un poquito menos presente.

Un espacio en el que nos permitamos ser humanas y ya, por favor. 

Como dice Ainhoa Buitrago, “La vida no es más que mirarse hacia dentro”.

No tengo ágora ni terreno físico pero sí tengo…


Una plataforma online que ya me ha permitido trabajar con gente de todo el mundo.
Sí, sí, de todo el mundo real, no por hacerme la interesante (EEUU, Suiza, Suecia, muchas partes de España, Argentina, Latinoamérica…).

Y un Olimpo virtual al que accedes a través de un enlace. Ya sabes, las modernidades y facilidades del siglo XXI.

Un Olimpo para sacar a la f*cking Diosa que vive en ti. 

Entrar es muy sencillo. Dejas tu mail aquí abajo y te llega otro mail con el enlace de acceso, siempre el mismo. 
Darte de alta te sale gratis, darte de baja también. Todo son ventajas.

La entrada al Olimpo es por aquí.

Antes de terminar te voy a contar un secreto.


En estos +10 años impartiendo formaciones y acompañando en terapia he descubierto una verdad universal que está muy muy muy relacionada con tu niña interior.
Ahí va.

Todo el mundo quiere ser valorado por quién es. 

Eso incluye a tu adulta y a tu niña.

Cuando recibimos o nos damos a nosotras mismas mensajes que dicen que deberíamos ser alguien diferente o actuar de forma diferente, nos impacta internamente de forma dolorosa. El mensaje que recibimos es “quien soy no es válido” o “cómo soy o cómo respondo a esta situación no está bien”.

Desde que somos pequeñas convivimos con el “Tengo que ser diferente a lo que soy”.

Ahora sé que puedes ver por qué poco a poco tu grandeza se ha ido apagando.

El Olimpo no es la solución, no vayamos a proyectar en mí según qué expectativas, pero sí es un espacio en el que, a pesar de los p*teamientos de la vida, aprendas a vivir con el corazón abierto contigo misma y con el resto.

Llegadas a este punto, te voy a pedir que hagas un acto de fe y me creas cuando te digo que cuando realmente aprendes a vivir con el corazón abierto te sientes muy feliz.

Te vuelvo a invitar, querida.

Abro las puertas del Olimpo para ti.

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