Cuánto daño ha hecho el “romantiqueo” de los 90.
A ver, tampoco es que ahora estemos muy finos a la hora de componer, pero si has nacido en los 80 y creces con canciones que siguen vuelve, que me falta el aire si tú no estás, tú me dirás qué concepto de amor se te queda en el cuerpo.
En el capítulo anterior hemos charlado sobre tres contextos y cómo aparece la dependencia emocional en cada uno de ellos.
Ahora vamos a ver para qué se hace lo que se hace.
Porque aunque conlleve tela de sufrimiento esto de la dependencia emocional, también tiene su beneficio oculto.
Vale, okey, pero ¿cómo sé si estoy enredada en un contexto de dependencia emocional?
Pro ejemplo, ¿te cuesta desvincularte de la otra persona? De forma total. Red flag (bandera roja, es decir, alarma).
¿Sientes que es una relación asimétrica? Es decir, una relación desequilibrada donde una persona está por encima de la otra. Red flag.
Si has contestado a la de arriba con sí entonces actuar de forma sumisa es otro sí. Red flag.
¿Dónde estás? ¿Qué haces? ¿Por qué te vas? ¿Te vas a ir? Demanda de disponibilidad constante. Red flag.
Miedo potente al rechazo. Red flag.
Miedo excesivo a perder la relación de tal forma que harías todo y más para que eso no ocurriera a costa de tu salud mental (y emocional) y tu sufrimiento constante. Red flag.
PD. Si algo de esto te resuena, quizá, podrías unirte a El club de las F*ckingDiosas para entrenar en áreas que están muy muy muy (muy) relacionadas con todo esto.
Abracillos 🦖 Sara Martín |