Ahora mismo tendría que estar tocando todos tus puntos de dolor para que te identifiques con ellos, veas el trabajo (entrenamiento) que puedes hacer y decidas entrenar conmigo. Pero mira, no lo voy a hacer porque confío en que en este momento de vida sabes lo que te duele, lo que cargas encima y, de alguna forma, intuyes todas las máscaras -¡hola, Ego!- que no te dejan vivir desde tu esencia (tu parte más amorosa, confiada, bondadosa, compasiva, brillante, creativa…).
A lo largo de los más de 7 años trabajando con personas he comprobado que siempre se repiten los mismos patrones. Cargas con una mochila súper pesada (inseguridad, miedos, desconfianza, crítica interna en altavoz, autoestima regulera, incertidumbre difícil de gestionar, perfeccionismo, control, autoexigencia, comparaciones, dolor, necesidad de validación externa, frustración, ansiedad, productividad en vena, relaciones que conllevan sufrimiento, heridas no sanadas de la infancia…) y no terminas de saber qué hay dentro ni cómo ha llegado hasta ahí.
¿Qué vas a conseguir entrenando juntas?
gestión emocional
Identificar tus emociones, atravesarlas dejándolas ser y liberarlas para que no se conviertan en bolas de nieve que te atropellan.
autocuidado y autocompasión
Aprender a verte de una forma amorosa y a tratarte a ti misma como te mereces, con respeto y amor.
pasar a la acción
Tomar decisiones sin que sientas que se te va la vida en ello y pasar a la acción “a pesar de” los miedos que te vigilan de cerca.
conexión con tu cuerpo
Prestar atención a las señales que te manda tu cuerpo en forma de sensaciones para que no existan los huracanes emocionales.
creencias limitantes
Desliar todos los pensamientos y creencias que se te han hecho bola y aprender a seguirles la pista como una detective privada.
Límites y asertividad
Relacionarte con los demás diciendo “sí” o “no” cuando quieras decirlo, reduciendo el miedo al rechazo o al abandono.
ego
Aparcar los "quiero", tener "más, más, más", la productividad constante y la validación externa para, simplemente, ser.
niña interior
Sanar tu pasado y entender muchas cosas del ahora conociendo y conectando con la niña que un día fuiste (tu niña interior).
Las 5* de Google dicen




Sesiones online para entrenar
Sesión mensual
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1 sesión al mes de 1h
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Documento de ejercicios
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1 WhatsApp semanal para dudas
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Kit de bienvenida
Sesión quincenal
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2 sesiones al mes de 1h
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Documento con ejercicios
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Seguimiento por WhatsApp
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Kit de bienvenida
Sesión semanal
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4 sesiones al mes de 1h
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Documento con ejercicios
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Seguimiento por WhatsApp
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Kit de bienvenida premium
Preguntas Frecuentes
Querida, eso depende de ti.
Te voy a mostrar parte de un mail de una clienta que solo llevaba 3 sesiones mensuales+curso de la niña interior.
“Quería contarte que me resulta increíble como me voy sintiendo. Antes pensaba que tengo la sensor acide que todo se va ordenando, como si hubiese varias partes de mi que se van integrando y todo fuese teniendo más sentido. Me encuentro más segura, con confianza, más conectada conmigo y todo lo que sucede fuera son como escenarios en los que me muevo que me permiten “ensayar” y poner en práctica lo que voy aprendiendo pero que no tienen nada que ver conmigo”.
No te voy a engañar, no es lo mismo que entrenemos juntas semanalmente, que quincenalmente, que mensualmente.
La eficacia puede ser exactamente la misma, verdad verdadera, pero tu grado de compromiso contigo misma sí difiere un poco.
Si entrenas mensualmente o quincenalmente, pero en esos periodos no haces ningún ejercicio o te paras a observarte es lógico que el avance sea más lento.
Entonces, ¿una modalidad es más eficaz que otra? ¡Nooooo! Si entrenas entre sesiones, avanzas.
Venimos de corrientes y de fundadores de corrientes mayoritariamente masculinos así que el estereotipo suele ser: la terapeuta se calla, el paciente habla, habla y habla.
En mi caso he fusionado muchas técnicas, corrientes y formas de hacer para conseguir esto: que me sientas cercana.
Las sesiones conmigo se basan en una conversación donde ambas partes hablamos, preguntamos, exponemos y, en mi caso, también enseño.
Sé que muchas veces no se avanza, o se tarda tanto, porque no se comprende y se deja en manos de la clienta la tarea de formarse en algo que podemos ofrecer de forma sencilla y resumida en la propia sesión. Y para eso -entre otras cosas- estoy yo, para acercarte material y ejemplos de forma simple y directa al grano.
La respuesta es SÍ.
Ahora bien, no son obligatorios. Mi máxima siempre es: calidad antes que cantidad.
Antes de empezar a ejercer hice una investigación sobre cosas que fallaban en las terapias y precisamente una de ellas era el tema de los ejercicios, de ahí que fuera una de las primeras cosas a implementar cuando empecé a ejercer.
¿Para qué sirven? Para ir poniendo foco hasta la siguiente sesión en algún tema que hayamos trabajado en la misma y, así, que el entrenamiento no se reduzca a la hora que nos vemos.
¡Ojalá fuera vidente para poder contestar esta pregunta!
Depende del compromiso con una misma, el bagaje con el que se venga, el conocimiento sobre áreas como límites, niña interior, ego (por eso creo cursos y talleres, para que puedas entrenar un poquito antes de trabajar de forma individual conmigo si así lo deseas), las resistencias que aparezcan, la toma de decisiones…
Lo que sí te puedo decir es lo que NO dura, y es un número determinado de sesiones por marketing (“Elimina tus miedos en 4 sesiones”, “Di adiós a tu ansiedad para siempre en 8 sesiones” y promesas de este estilo).
Sí, sé que esto vende mucho más, pero mi honestidad contigo va por delante.
La razón es sencilla: para no agotarte.
Cuando empecé a ejercer las sesiones se abonaban en cada sesión. El problema venía cuando no se hacía y aparecían emociones como frustración, culpa y vergüenza así que para que esto no ocurriera decidí hace años hacerlo de forma mensual.
Se realiza un único pago al mes, desde finales del mes anterior hasta el día 3, y te olvidas de ello hasta el mes siguiente.
¡Exactamente los mismos!
Cuando combinaba la terapia presencial con la online ocurrió un fenómeno curioso: todas las clientas que iban presencialmente, al probar la online, decidieron cambiar -y estamos hablando de hace más de 6 años-.
Además, la online tiene la ventaja de ahorrarte los desplazamientos, olvidarte de si hace frío o calor, conciliar tu espacio de intimidad con tu vida y, en mi caso, poder trabajar con personas incluso de otros países.