Sube el audio, estás a un paso de sacarte el malestar de encima
De sentir inseguridad y malestar constante a respirar tranquila y vivir la vida y relaciones que quieres sin miedo a ser tú misma.
De sentir inseguridad y malestar constante a respirar tranquila y vivir la vida y relaciones que quieres sin miedo a ser tú misma.
Pero primero déjame contarte…
Cómo pasé de ser una pésima terapeuta a una crack en lo mío, y qué tiene que ver esto contigo.
Y con tu niña interior.
No voy a contarte casos de éxito de clientas para que te imagines conquistando lo que ellas han conquistado. Esta historia va de mí y, directa o indirectamente, te toca a ti.
Te voy a contar la historia de…
…mis primeras sesiones como terapeuta porque estoy casi convencida de que más de una vez te has sentido “pésima”, que “hay algo mal/malo en mí”, “no suficiente”, “no merecedora” o “no válida”. Con todas las pérdidas que eso supone en la vida de una.
A mí me pasó cuando empecé a ejercer como psicóloga. De repente apareció un síndrome de la impostora que me comía.
Mis años de terapia propia relacionados con crisis de ansiedad, trabajando sobre la pregunta “¿quién soy y qué quiero?” me los salto. No por nada, porque esta carta se haría eterna. Pero no me salto el contarte que volví a escribir a mi psicóloga para tratar este pequeño (gran) asuntillo en su día.
En terapia había conseguido reconducir mi trayectoria profesional a algo de lo que nunca pensé ejercer (y me encantaba). A reconocer e integrar a mi niña interior y sus heridas que tanto paralizaba la expansión en mi vida. Aprendí a dejar de vivir frecuentemente desde el vuelco en el corazón, la lucha y el rol de Salvadora y Justiciera.
Y, ahora que ya estaba en este punto, en esas primeras sesiones como psicóloga, sentía que era una profesional de mierd*. Algo así como un poco fraude. Porque estas cosas pasan aunque hayas hecho terapia, de repente aparecen circunstancias (disparadores) que tambalean.
A algunas personas les pasa con las relaciones de pareja (o el no permitirse tenerlas), la maternidad (o la presión social de tener que tener hijos), el trabajo, “lo que los demás esperan que sea”, lo que yo me obligo a ser… y así con un sinfín de escenarios.
Retomando la llamada S.O.S a mi psicóloga, volvimos a hacer algunas sesiones de terapia para colocar esto y reconducirlo.
Recuerdo perfectamente uno de los mensajes que recibí y que cambió todo. Mi psicóloga me dijo:
“Eres altavoz”
Recibí el mensaje alto y claro. En mi interior solo oía “No estás viviendo desde ti, lo estás haciendo desde donde se espera que se haga”. Vivía mi profesión con miedo a ser yo misma. Estaba metida en una caja que, claramente, me estaba apretando muchísimo. Pero, cada vez que intentaba salir, me asaltaba el “no lo estás haciendo bien, esto no se hace así”.
¿Cuántas veces no hemos recibido ese mensaje de niñas?
-Coge la cuchara de esta forma.
-No, no te puedes salir de las rayas.
-No, el sol no es verde, es amarillo. Vuelve a pintarlo.
-No puedes hacer esto.
-No puedes pensar lo otro.
-Deja de llorar.
-“No pasa nada”.
Hemos sido bombardeadas con estos mensajes, así que, dependiendo del área de vulnerabilidad de cada una, salirse de la caja da un miedo que te cagas. La no validación por parte de las figuras de referencia es una p*tada porque, además, suele estar conectada de forma directa con nuestra historia de apego y, todo esto, suele marcar cómo nos vinculamos.
Así que, con mi adulta empequeñecida y mi niña herida en escena, empecé a dejar atrás todo aquello que no me servía.
Me entrené en sentir en el cuerpo lo que estaba sintiendo para no reaccionar como había aprendido a hacerlo tantas veces: con ansiedad. Y a aceptar lo que me estaba pasando y cómo me estaba sintiendo -la profesional menos profesional- en aquel momento. Empecé a actuar mucho más desde mí.
En vez de no hablar porque “eso es lo que hace un buen psicólogo”, empecé a escuchar y a dar feedback. Y a ese hablar le añadí la psicoeducación, es decir, explicar las cosas que las clientas no sabían. A hacer propuestas de ejercicios entre sesiones y a utilizar herramientas en sesiones donde las clientas eran las estrellas.
Pasé de la angustia de sentir que no podía ser yo misma por no ser buena profesional a estar en mi salsa.
Esto es lo que, quizás, tenemos en común tú y yo a través de mi historia. En algún punto de la tuya probablemente te hayas sentido no vista, o no valorada y/o validada. E incluso no querida. A lo mejor sientes que, en cierto modo, también has dejado de ser tan tú para ser más otra.
No conozco ni el tamaño ni el peso de la mochila que llevas a tu espalda, esa es la verdad. Si te has sentido querida, cuidada y protegida, o no. Pero lo que sí sé es que la niña interior herida tiene muchísimo que decir en cómo estás viviendo tu vida actualmente: en cómo te vinculas en tus relaciones, cómo de amada, cuidada y protegida te sientes en tu relación de pareja. También influye en tus finanzas personales, en ascender o no en tu trabajo y en vivir casi siempre en pequeño sin permitirte el disfrute.
Estoy casi convencida de que no se parece a vivir la vida y relaciones que prefieres vivir. Podemos vivir desde la complacencia, diciendo un “sí” ahogado cuando, en realidad, queremos vivir nuestra propia vida o podemos mostrarnos como un erizo, enseñando las púas a menudo porque sentimos que tenemos que vivir defendiéndonos.
Esto es lo que tienen en común ambas posturas: sufren.
Ahora bien, imaginarás que la historia no acaba aquí. No se quedan sufriendo y ya.
Mereces volver a sentir seguridad y confianza en ti misma
¿Cómo reservar tu llamada?
Reserva tu cita.
Reserva tu cita.
Echa un ojo a tu bandeja de entrada, recibirás el mail de confirmación. Revisa la bandeja de SPAM y promociones, a veces se cuela ahí.
¿Esto de hacer terapia es para mí?
Permíteme decirte, con total atrevimiento, que sí, hacer terapia sí es para ti. No tienen que haberte pasado grandes cosas para hacer terapia. Y, si te han pasado, razón de más para soltar lastre y caminar hacia la vida que sí mereces.
Tú, yo, todas… llevamos dentro una niña herida que condiciona nuestro presente. Esto son nuestras heridas o traumas del pasado.
- no soy suficiente (“No soy lo suficientemente digna como para recibir amor incondicional”, “No soy lo suficientemente agradable para ser aceptada”).
- no soy válida (“No soy válida si no puedo resolver todos los problemas por mí misma”, “No soy válida si no cumplo con las expectativas de los demás”).
- no soy merecedora de amor o de que me pasen cosas buenas (“No merezco ser escuchada si mi opinión difiere de la mayoría”, “No merezco disfrutar del éxito sin experimentar sacrificio”).
- no soy capaz (“No soy lo suficientemente fuerte para superar el rechazo”, “No soy lo suficientemente comprometida para alcanzar mis metas”).
- hay algo malo/mal en mí (“Siempre hay algo mal en lo que digo o hago”, “Siempre hay algo malo en expresar mis verdaderas emociones”).
Estas creencias profundas te impiden vivir y conectar con el amor y la abundancia para vivir una vida tranquila.
Acabas en trabajos que te queman, en parejas (o vínculos) en las que no te sientes querida, donde sientes que no puedes ser tú misma y expresar tus necesidades por miedo a que la otra persona se aleje o sienta que eres “muy dependiente”. Más veces de las que te gustaría, te encuentras buscando aprobación externa, dejando tu bienestar y felicidad en manos de otros. Todo esto es habitual.
Créeme que en mis más de 10 años como terapeuta psicológica no he visto a una sola clienta y/o cliente que no haya vivido a través de algo de lo que te he contado.
Por suerte, no tienes por qué seguir viviendo con la sensación de que siempre se repiten las mismas historias y el mismo malestar.
Esta terapia es para ti si...
- Sientes que tus emociones te desbordan.
- Quieres aumentar tu autoestima sintiéndote segura y confiada.
- Tienes herramientas pero no terminas de ver resultados.
- Has hecho otras terapias pero no has sentido evolución.
- Quieres una terapia que integre lo corporal y emocional y no se centre únicamente en lo mental.
- Sientes que tus heridas de la infancia te impiden avanzar como adulta.
- Tienes ansiedad.
- A pesar de tener herramientas, sigues sintiendo malestar.
- Quieres vivir una vida tranquila siendo tú misma.
- Sientes que tu necesidad de control, autoexigencia y perfeccionismo se está comiendo tu presente.
Así lo vamos a trabajar con
el método f*cking Diosas
Evaluación
Devolución
Acción
1. Evaluación
Mediante la ANAMNESIS recopilaremos datos generales y veremos el motivo de consulta. En la LÍNEA DE VIDA recogeremos las distintas experiencias que han hecho que la seguridad y confianza en ti misma, autoestima y recursos se vean limitados. Con la Hª DE APEGO descubriremos qué necesidades de tu infancia no fueron cubiertas y qué puedes hacer para cubrirlas en el momento actual.
2. Devolución
Tengo comprobado que haciendo partícipes a mis clientas de su propio proceso las mejoras son mucho mayores, más estables y duraderas. No trabajo bajo el “ve uniendo los puntos tu sola" mientras van pasando los meses en terapia. Utilizamos herramientas en las propias sesiones y sugiero propuestas de trabajo entre sesiones para que puedas ir explorando.
3. Acción
Soy muy fan de dar espacio al pasado. Cuando damos espacio a lo que nos pasa o ha pasado -desde las sensaciones corporales hasta las historias mentales- lo liberamos. Dejas de vivir en ello, lo atraviesas. Las herramientas que vamos a utilizar te van a servir para lo que estás viviendo ahora y, además, te van a permitir recuperar la seguridad y confianza en ti misma.
Mira algunos de los testimonios de clientas que ya viven la vida que quieren vivir siendo ellas mismas











¿Tienes dudas? Estas son las preguntas frecuentes
¿Cuánto dura una sesión de psicoterapia?
Las sesiones tienen 1h de duración y son 100% online.
¿Qué tarifa tienen las sesiones?
Cada sesión de psicoterapia tiene un precio de 90€.
Si quiero modificar la sesión programada, ¿puedo hacerlo?
Eso es. En cada reserva de sesión se te envía un e-mail confirmando la reserva, ahí te aparecerá un enlace o un botón para poder reprogramarla en las horas disponibles dentro del mismo mes.
¿No me quedaré sin sesiones si las cojo una a una?
Te voy a contar lo que hacen las clientas que ya trabajan conmigo: cogen de una sola vez todas las sesiones del mes. Esto les ahorra tiempo y energía porque no tienen que estar tomando decisiones constantemente y, además, les permite coger el día y la hora que mejor les viene.