Vas a enseñar a tu Crítica otra forma de comunicarse contigo y de construir.
- Dile en tono firme y amoroso: no hagas críticas para herir y sí para aprender, transformar y construir.
- Crítica, ¿qué es lo que te preocupa para hablarme así? Si nos quedamos en la superficie lo que es verdaderamente importante para ella seguirá ahí cocinándose a fuego lento (o a borbotones, depende de cuánto tiempo llevemos cocinando).
- Por favor, al grano. Si me he equivocado escribiendo tres palabras no significa que sea una mala escritora. Pon el foco en el hecho concreto, no en la totalidad de la persona.
- Utiliza lo menos posible los cuantificadores universales (siempre, todo, nunca…).
- Argumentación, por favor. Porque es muy fácil hablar sin más, todo el mundo sabe hacerlo.
- Haz una propuesta. No vale con decirle todo lo que no. Imagínate que quieres empezar a alimentarte de forma más saludable y yo solo te hablo de los “no” y las restricciones sin darte alternativas. Con tu Crítica pasa lo mismo, enséñale otras formas más agradables de comunicarse contigo.