Hablemos de relaciones

  • Si te pregunto por una relación romántica probablemente me digas que una relación es amor. A veces confudimos el amor (la unidad con el otro) con el apego, la dependencia o la posesión.
  • Tus sentimientos, emociones y pensamientos tienen un efecto sobre la otra persona, no importa si han sido compartidos o no.
  • Hablar de relaciones es hablar primero de ti, y luego del conjunto. Resulta que muchas veces -de forma inconsciente- buscamos que la otra persona nos dé lo que nos falta (muchas de esas necesidades vienen de la infancia con lo cual estamos pidiendo de algún modo la réplica del rol materno o paterno).
    ¿Qué puedes ofrecer tú? Desde dónde lo ofreces, ¿amor o miedo? ¿Das, das y das por miedo a perder a esa persona?
  • ¿Qué pasa cuando nuestras relaciones se basan en el amor y la aceptación? Que entendemos y abrazamos nuestra humanidad y la de la otra persona.
  • La presión genera resistencia. Cuando volcamos nuestros deseos y expectativas en la otra persona y, consciente o inconscientemente, la presionamos para que las cumpla lo más probable es que aparezca una resistencia de forma automática por su parte. Piénsalo al contrario, ¿cómo te sentirías tú? ¿Cómo reaccionarías?
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