Al final te voy a recomendar un libro muy rápido de leer que habla sobre la voz femenina.
Es algo que te implica a ti, mujer.
Nos implica.
¿Te acuerdas de las pelis antiguas de Disney?
Los papeles se repartían en protagonista (implícitamente buena/o) y villano/a.
Scar y Mufasa+Simba
Ariel y Úrsula
Peter Pan y el capitán Garfio
Pues con este libro también hay dos roles antagónicos en los que te puedes posicionar:
- víctima
- responsable
No es que el libro vaya de esto.
Esto lo digo yo.
Absolutamente todo el día estamos eligiendo -inconscientemente- en cuál de los dos nos posicionamos.
En todos los contextos.
Todas las decisiones.
No nos damos cuenta, pero ocurre así.
Si lees el libro vas a tener que hacer otra vez esta elección y, ojalá, la hagas de forma consciente.
Como te digo siempre: ni bien ni mal.
Elecciones.
Decisiones.
Que la voz de la mujer ha sido pisoteada desde tiempos inmemoriales no es algo que te vaya a descubrir yo ahora.
Pero sí es importante darle espacio.
A la voz.
¿Qué implica tu voz? En todos tus contextos.
Con tu pareja, hijos, relaciones laborales, amigos, familia…
Es algo a lo que solemos dar bastante espacio en terapia.
Algunas veces lo menciono de forma explícita pero, la gran mayoría de veces, lo hacemos de forma implícita.
Pero, ¿por qué es tan importante?
Una de las grandes diferencias del Sapiens con respecto a otros homínidos es esa, la del lenguaje evolucionado.
Cuando perdemos parte de nuestra vos nos sentimos pequeñas, encogidas, contraídas, perdidas, dependientes, complacientes…
Porque tenemos miedo a decir.
A ser imperfectas.
A no ser lo bastante buenas.
Porque, ¿y si esto que digo no es lo adecuado? ¿Y si por expresarme hago que la otra persona se aleje y me abandone?
Y sale a flote el trance de falta de valía.
Todas las heridas de la niña interior.
Me encanta el concepto trance porque implica que te puedes quedar ahí a vivir si no lo entrenas, pero también que puedes salir de ello.
El libro se llama Mujeres y poder, de Mary Beard.
Podemos seguir poniendo el ojo fuera, en todo lo que a nivel externo debería cambiar para nosotras sentirnos parte, o podemos, de una vez y en serio, responsabilizarnos de lo que sí podemos hacer (que es mucho).
De volver a recuperar nuestro poder.
Y, para ello, es necesario bucear hacia dentro.
No para redefinirte para nadie.
Para vivirte tú.
Como dice Mary Beard […]si no percibimos que las mujeres están totalmente dentro de las estructuras de poder, entonces lo que tenemos que redefinir es el poder, no a las mujeres.
Mientras juegas esta lucha titánica con el sistema, ¿qué puedes hacer tú?
Empezando en casa, por ti.
Para terminar, lo que sigue al título es “los hombres no te buscan si les hablas, no creo que los quieras aburrir”. Canción Pobres almas en desgracia, La sirenita.
Así empezamos.
PD. Lo de bucear hacia dentro y entrenar los trances lo puedes hacer perfectamente en membresía El club de las F*cking Diosas
PD2. Para salir del letargo, arriba
Abrazos apretaos con voz propia 🦖
Sara Martín