Ese agradar a la gente, nos da la impresión de “ser yo”

 

 

Y, ¿ahora qué?

 

Esto va de la identificación con lo que vivimos, lo que nos dicen, lo que nos decimos, lo que interpretamos que nos dicen o creemos que ha pasado, que va a pasar…

 

Hace unos días te dije que si hay algo realmente poderoso es convertir lo que sea en identidad, tanto para sumar en positivo como para restar.

 

Soy así.

 

 

A veces es coraza.

Otras es veneno.

 

Y, en algunas ocasiones, es potenciador.

 

Sentimos aquello con lo que nos identificamos.
En el cuerpo.
En el corazón.

 

 

Nos aferramos.

No lo soltamos.

 

Volvemos al soy yo.

 

 

 

 

Quizás, ¿aprendiste a responder así? ¿Te sentiste más segura respondiendo así? ¿Te sentiste más segura al potenciar responder así?

 

 

“Somos” así por miedo,
por dolor,
por vergüenza,
por culpa.

 

 

 

Por eso voy a utilizar un fragmento para ponerte en contexto y otro para darte la solución.

 

Este es un fragmento de un texto que le mandé por WhatsApp a una clienta la semana pasada:

 

Nos pasamos la vida intentando apartarnos de nuestros sentimientos dolorosos de miedo y de vergüenza, intentando desconectarnos de nuestro cuerpo e insensibilizarlo, perdiéndonos en la autocrítica y en los pensamientos obsesivos.

 

¿Y la solución?

 

 

Esta.

 

El ser humano es una casa de huéspedes.

Cada mañanaun nuevo recién llegado.

Una alegría, una tristeza, una maldad.

Cierta consciencia momentánea llega

como un visitante inesperado.

¡Dales la bienvenida y recíbelos a todos!

Incluso si fueran una muchedumbre de lamentos que vacía tu casa con violencia.

Aún así, trata a cada huésped con honor,

puede estar creándote el espacio para un nuevo deleite.

Al pensamiento oscuro, a la vergüenza, a la malicia,

recíbelos en la puerta riendo e invítalos a entrar.

Sé agradecido con quien quiera que venga

porque cada uno ha sido enviado como una guía del más allá.

 

 

La esencia es sentir.

 

 

Y sentirlo todo.

 

 

En el cuerpo.

Y en el corazón.

 

 

 

En el fondo, en lo profundo, no, no eres tú.

 

 

 

PD. A las f*cking diosas que estáis en la lista de espera de la membresía El club de las F*cking Diosas os llegará mañana otro mail con el texto entero que envié a mi clienta.

Abrazos apretaos 🦖

Sara Martín

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