En la madrugada del 5 de agosto de 1939

 

Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente…

 

…conocidas como las “Trece Rosas Rojas” fueron fusiladas en la tapia del cementerio de la Almudena, en Madrid, bajo la acusación de un delito de “adhesión a la rebelión”.

 

Es el mismo cementerio que contemplo ahora mismo, desde su parque de enfrente.

 

Con el sol en la cara.

 

Un cementerio inmenso de personas que, en vida, ya no son.

 

 

Pero en mente, emoción y sentir siguen ahí, en la vida de quien los piensa, siente y recuerda.

 

Y esto nos lleva a que la vida es ahora.

 

 

No cuando tenga…
o pase…

 

No. Ahora.

 

Se nos olvida la gran mayoría de veces.

Entramos en bucle por lo que no tenemos, el querer y el desear (muy del Ego) y nos olvidamos de lo que ya sí, ahora, en este momento.

 

Pero, ¿qué consecuencias tiene eso para ti?

 

Puedes vivir con los ojos cerrados, sin ninguna duda, pero piensa si es así como prefieres vivir.

 

 

Dice el Dalai Lama en el prólogo de El libro tibetano de la vida y la muerte:

La muertre forma parte del curso natural de la vida […] A mi entender, mientras estemos vivos podemos considerarla de dos maneras: elegimos ignorarla o hacemos frente a la perspectiva de nuestra propia muerte e intentamos, mediante una reflexión lúcida, minimizar el sufrimiento que conlleva.

 

Y sigue con una frase que, según yo, lo resume todo:

 

 

si deseamos morir bien, debemos aprender a vivir bien.

 

 

No sé si sabes que la muerte es el principal miedo del ser humano.

 

La no existencia.

 

Dejar de ser.

 

Pero mientras, en vida, desviamos demasiado el foco al perseguir, tener, conseguir, metas, objetivos.

 

Como te preguntaría un monje budista: ¿tiene esto sentido para ti?

 

Así que no puedo estar más de acuerdo cuando Sogyal Rimpoché, autor del libro, dice Quizá la razón más profunda de que temamos a la muerte sea que ignoramos quiénes somos.

 

 

Para no ignorar quién eres o seguir entrenándote si ya estás en ello tenemos El club de las F*cking Diosas.

 

 

PD. Sobre el miedo original y el deseo original hablaremos en la membresía. Hay un mail escrito sobre esto.
PD2. Para no ignorar quién eres la lista de espera la tienes arriba.
PD3. Píldoras formativas sin paja para gente que no tiene tiempo.

 

 

 

 

 

Como dicen en Titanic, make it count 🦖

Sara Martín

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